lunes, 15 de octubre de 2012

TODO ESTÁ TRANQUILO ARRIBA, DE GERBRAND BAKKER




Todo está tranquilo arriba, de Gerbrand Bakker. Editorial Rayo Verde, traducción de Julio Grande.


Alguna vez oí decir que ciertas condiciones meteorológicas hacen que el cielo de los Países Bajos sea muy especial, que deje esa luz tan particular que Vermeer y otros han sabido plasmar. Se me ocurre justamente ver toda esta novela como iluminada por esa  misma luz. Supongo que es su tono tan intimista, tan contenido, tan sencillo. Y porque sucede en el campo holandés.

Es la historia de alguien que ante la previsible muerte de su autoritario padre, desterrado escaleras arriba como el titulo de la novela, mira hacia atrás y descubre una vida que pudo haber sido muy diferente, pero que unos desgraciados acontecimientos, las obligaciones en la granja y una cierta docilidad condenaron a lo que sería una existencia monótona y gris.

Hay más temas: el recuerdo de su hermano gemelo, con quien se sentía irremediablemente unido y atraído, y cuya pronta desaparición marcó de por vida,  el retorno de la que pudo ser su cuñada, su sexualidad reprimida. Todo lo que cabe en el recuerdo de una vida que pudo ser y no fue. Todo ello entre las paredes de una casa siempre tranquila, acorde con la existencia de quien ya no espera nada ni a nadie.

Una novela de envolvente soledad, que nos pregunta sobre qué nos da la vida, qué aprendemos de ella y qué nos queda, al final.

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