jueves, 16 de julio de 2009

LAS DERROTAS COTIDIANAS DE SABER PERDER


Saber perder, de David Trueba. Editorial Anagrama / Círculo de Lectores

Hay novelas que se nos hacen terriblemente cercanas a las pocas páginas. Tal vez precisamente porque sus personajes en el fondo no están tan lejos de tener nuestros mismos deseos, y tal vez porque en el fondo sus derrotas no nos son ajenas. Es de esa derrota cotidiana de la que habla Saber perder, de historias totalmente verosímiles que a poco de ser esbozadas ya intuimos que no tienen futuro, que abocan a sus protagonistas a un punto muerto sin continuidad posible.

Y la forma de escenificar esa derrota será el amor y sus diferentes formas: desde el amor verdadero, hasta la espiral de la pasión a una edad madura, pasando por la necesidad de amor, con todos sus problemas de comunicación. Son tres historias de tres personas de una misma familia que vivirán sus aventuras de forma paralela, sin cruzarse siquiera, y que solo convergirán al final a la hora de mirar atrás y aprender de todo lo que han vivido.

Las tres historias están muy logradas: la recreación de todo el entorno del futbolista de élite, las dudas del sexo en la adolescencia, la búsqueda infructuosa de amor en el lecho de una prostituta con su desastroso (y predecible) final, el mundo de la inmigración, la sabiduría futbolística como forma de entender la vida, y de sobrellevar sus fracasos. Historias todas ellas narradas con una pasmosa verosimilitud.

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