ESCENAS DE LA VIDA RURAL

Reuven Rubin, 1893-1974; On the Road to Tiberias, 1926

Escenas de la vida rural, de Amos Oz. Editorial Siruela, traducción de Raquel García Lozano.

“Estábamos a gusto cantando juntos en circulo, en una noche de lluvia y tormenta, viejas canciones de una época en que todo estaba mas claro para todos”.

Es difícil ser uno de los grandes de las letras hebreas y no ver en su obra unos conflictos que trascienden a sus personajes y que escenifican los miedos que rodean a la sociedad israelí. Así por ejemplo, en la falta de comunicación en la que vemos encallar la vida de una pareja es tentador intuir la menara como Amos Oz (Jerusalén, 1939) ve la relación entre árabes y judíos.

Todas las narraciones que componen este libro tienen como escenario la vida cotidiana de Tell Ilan, un pueblo imaginario del Israel rural y que alguien podría decir que, ni que sea de pasada, le debe algo tanto al Winnesburg, Ohio de Sherwood Anderson como a Kafka.

Pueblan estas historias personajes marcados muy particularmente por su soledad, una soledad acentuada más todavía por ese escenario rural que la hará mas presente, hasta absorberlos irremediablemente. Son historias tan breves como inquietantes, una inquietud mas presente si cabe por esa aparente sencillez de la trama, donde intuimos siempre algo al acecho, a punto de saltar y que amenaza con socavar esa bucólica y a la vez irreal tranquilidad.

Tell Ilan parce querer pervivir en el pasado utópico de los antiguos colonos, que contrasta con la realidad del presente. Algunos cuentos dejan imágenes bastante vivas de ese funambulismo en el que parecen transitar estas narraciones, como en Cantan, donde una reunión de vecinos aficionados al canto se desarrolla entre una lluvia insistente, algún reactor surca el cielo para despertar alguna disputa política que surge airada para cesar al instante, mientras que la mente del narrador no puede dejar de pensar en ese lugar de la casa donde el hijo de sus propietarios, siendo adolescente, se quitó la vida.