viernes, 6 de agosto de 2010

EL LIBRERO VOLLARD


Shakespeare & Co, París

El librero Vollard, de Pierre Peju. Editorial Tropismos, traducción de Cristina Zelich.

El librero Vollard es un libro de dimensiones escuetas, casi escrito sin querer molestar demasiado, se podría decir que hecho a escala humana. Pero poblado de imágenes y de sentimientos que sin duda lo hacen mucho más denso que lo que puede aparentar sus modestas dimensiones.
Este libro nos habla de vidas truncadas, insatisfechas, resignadas, que se cruzan trágicamente para darle un nuevo sentido a las mismas a pesar de que al final la tragedia parece inevitable.

Vollard nos dice mucho con su cuerpo desmesurado, su carácter ausente, que desde su juventud ha venido construyendo un universo intimo finalmente recreado en una librería de libros de segunda mano y que eternamente vive girando en esa periferia, en la periferia de la literatura, agazapado entre sus paginas, venerando sus efímeros e incomprendidos tesoros. Es como si Vollard saldara su vida junto a esos ejemplares manoseados de letra impresa.


En este caso su musa no lo lanza por los caminos de la creación sino que vive dentro de su cabeza para recluirlo en sus soledad férrea e infranqueable, que le dio en cambio el don de recrear en sus memoria pasajes enteros de novelas que algún día leyó, pero que como una maldición perviven en su mente. Como si la sencillez de vivir le hubiera sido vedada.

Su vida dará un giro cuando de manera accidental atropelle a Eva, una niña de ocho años a la salida del colegio dejándola convaleciente e inconsciente en un hospital. Eva y su madre Teresa son otros personajes desamparados por la vida: la pequeña vive con su madre ausente mientras que Teresa se crea una vida falsa e irreal, viajando constantemente hacia ningún sitio para volver a la hora de salida de Eva. Ese accidente desencadenará esta historia y para Vollard será como una segunda oportunidad para vivir, haciendo uso de la literatura y la palabra no para recluirse en su mundo sino para intentar dar un aliento de esperanza a una vida que pende de un hilo.

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