domingo, 9 de diciembre de 2012

EL TREN DE LA ÚLTIMA NOCHE, DE DACIA MARAINI




El tren de la última noche, de Dacia Maraini. Galaxia Gútenberg, traducción de David Paradela López.

Tal vez se pueda decir que el tema de esta novela sea la naturaleza del mal, su origen y sus devastadoras consecuencias. Como tantos otros Dacia Maraini ha querido narrarlo a partir de lo que fue el nazismo y en particular el Holocausto, icono incontestable de la idea del mal absoluto que impregna todo el siglo XX europeo. Pero a diferencia de otros esta escritora conoce lo que fue la vida en los campos de concentración, en particular los que creó Japón en aquel país y donde fueron a parar la familia de la escritora, hija de un diplomático italiano no afín a las fuerzas del Eje, cuando ella era todavía una niña.

Precisamente esta novela narra la búsqueda que tras la Segunda Guerra Mundial emprende Amara, una periodista en ciernes, de un antiguo amor de infancia de quien conoce, por unas cartas encontradas tras la guerra, que fue deportado con su familia al gueto de Lodz. Negándose a aceptar su más que previsible muerte en algún campo de exterminio, decide indagar sobre su destino, para lo cual se verá obligada a viajar por la Europa de posguerra.

De todas maneras, no es fácil dejar de caer en toda una serie de lugares comunes a la hora de construir una novela con todos estos elementos sobre los que tanto se ha escrito. Además, la narración se pierde durante excesivas páginas en la revolución húngara sin aportar nada en especial, a no ser la propia descripción del ambiente en las calles de Budapest hasta la llegada de los soviéticos y las reacciones que fueron llegando del exterior, donde no deja de recordar el penoso papel del PCI a la hora de justificar el aplastamiento de aquella efímera revolución.

A pesar de todo ello, el final sin duda es lo mejor de la novela y muestra de manera cruda y sorprendente las consecuencias implacables que ejerció el terror de los campos de concentración, más allá de las inabarcables cifras de muertes que acompañan su recuerdo, mostrando además el carísimo precio que se puede llegar a pagar a cambio de la supervivencia. Lástima que ese final desentone con el resto del libro. Pero tal vez, si no hubiera sido así el efecto que hubiera tenido en el lector no hubiera sido el mismo. 

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